lunes, 15 de diciembre de 2008

Un poco de mí

"Adolecescente" es una palabra derivada del castellano "Adolecer", que quiere decir dolor/dolencia.

Que ironía no?

12 - 13 años: entras al Liceo y te encontras otro mundo. Pasaste de ver 100 alumnos a ver 400 o más, y una organización no tan estructurada. Ves otro ámbito social: los pre-adolescentes. Aca no empiezan las crisis, se asoman.

13-14 años: pasas a 2do. grado. El Liceo sigue mas o menos igual, no cambia mucho, pero ya estas acostumbrado y mas canchero. Ya vas a la playa, te quedas un poquito hasta tarde, dando vueltas. Y en ese mismo verano empezas a salir, típico que te quedas hasta las 12 am en La Isla, que para tus viejos es re tarde.

14-15 años: pasas a 3er. grado, muchos dicen que es la mejor etapa. Pero yo personalmente no puedo decir eso, fue mi mayor crisis. Depresión, anorexia y auto-flagelación fueron las principales por las que pase. Psicólogo, psiquiatra (que aún continuo) y todas las semanas a control médico. Guaaaaaaaaa, que feo, entre los ancianos te sentis que vas en decadencia.

Paso a contar un poco lo mio, porque no soy el tipico pueblerino que va todos los dias a la playa, se sienta en silla de playa, mira a los demás, chusmea un rato, se pasa horas sentado al sol, critica a todo el que pase, y luego se vuelve a la casa.

Y ese, precisamente, fue una de las mayores cosas que me dan vueltas en la cabeza una y otra vez. No podía, no puedo, ni nunca podré entender la mentalidad de aquellos que viven en la playa, haciendo totalmente NADA, esperando que pasen los días, sin proyectos, sin aspiraciones, sin VIDA. No es mi estilo, y por suerte... never lo será.

Desde que entré en terapia hace 2 años o más que siempre vengo repitiendo esto, y Cristina no puede hacer otra cosa que ayudarme a pasar el último tiempo que queda en Carmelo, como mejor pueda.

Sociedad cerrada, rutinaria y sobretodo pequeña. Una ecuación mortal para mi y muchos más.

Ahora, el key de la cuestión viene cuando te preguntas, ¿que voy a hacer? ¿Voy a seguir quejandome toda la vida y viviendo encerrado por tener un rechazo a la sociedad en la que crecí y vivo?

La respuesta más racional, obviamente, es un rotundo NO. De todas maneras, créanme cuando digo que es muy fácil decirlo, pero no HACERLO.

Me levantaba todos los días y me preguntaba una y otra vez: ¿Para qué? ¿Para qué? ¿Para qué? y las respuestas no venían... Simplemente todo se trataba de vivir otra hora, otro día, otro mes más acá. En un pueblo que no tiene nada para ofrecerme.

Y la única alternativa mas viable, parecía entregarse, y seguir la corriente. Por cierto, algo muy frustrante.


.

0 comentarios:

Publicar un comentario