domingo, 18 de enero de 2009

Entrevista a Cristina Lamela


Para el Proyecto del Liceo, con Diana investigamos sobre la Homofobia. Esta es una parte de la entrevista que le hicimos a Cristima Lamela, mi psicóloga.

- Cristina, esto parece ser un tema muy sensible ultimamente. Vos, en tu opinión como profesional, ¿que nos podes decir? ¿La homosexualidad es una enfermedad?

- No, definitivamente no. La homosexualidad no es una enfermedad. Es una opción de elección de objeto sexual. No entra dentro del marco de las patologías. Y esto está respaldado por la Organización Mundial de la Salud.

- Y en relación a la homosexualidad, ¿existe algún trastorno mental comprobado?

- Lo que sí se puede asociar a la homosexualidad como patología, no es la homosexualidad en sí mismo, sino las diferentes posiciones que el sujeto puede tomar frente a su propia homosexualidad. Cuando el sujeto asume su homosexualidad, no hay ningún inconveniente. El problema puede empezar a manifestarse cuando la persona se resiste a aceptar su propia homosexualidad, y generar así patologías psiquiátricas colaterales a la no asunción de su homosexualidad.

- ¿Cómo por ejemplo?

- Como por ejemplo una depresión, una obsesión, una histeria, cualquier tipo de neurosis. Generalmente se asocia a trastornos de base neurótica, o sea depresiones, fobias, histerias, conversiones, depende la estructura de la persona. Pero principalmente, cuando se presentan estas patologías es más favorable poder asumir la homosexualidad con un tratamiento. Porque una vez que esté descartado que el problema sea la asunción de su propia homosexualidad desaparece el trastorno; pero sabemos que la homosexualidad no es el trastorno en si mismo.

- ¿Has tenido casos donde se te presentan este tipo de situaciones?

- He tenido diversos casos, he tenido casos donde la elaboración de la sexualidad del sujeto es asumida favorablemente y logra un éxito en su calidad de vida, y he tenido casos donde el adolescente con autoestima mucho mas baja y sin el apoyo familiar no puede elaborar su asunción a la homosexualidad y a llegado a intentos de auto eliminación, por no poder asumir su propia homosexualidad.

- ¿Es algo que se da generalmente en la adolescencia?

- Es cuando se ve, porque es en la adolescencia donde se termina de definir la identificación sexual. Es por esto que en esta etapa aparecen las mayores crisis. Que a veces las crisis no aparecen directamente sobre la sexualidad, aparecen en conductas paralelas como pueden ser la elección de una profesión, o la elección de un rol social, que se desplaza en no poder elegir sobre la sexualidad a otras ramas. Pero es típicamente en la adolescencia donde uno empieza a definir su homosexualidad, bisexualidad o heterosexualidad.

- Sabemos que teóricamente, en la adolescencia uno podría elegir ser homosexual, bisexual o heterosexual sin ningún problema, pero existen factores sociales que inciden en esa decisión ¿verdad? Y sobre todo en si se rechaza o se acepta la orientación de cada uno. Porque antes que nada, ¿la orientación nace con uno o se consolida?

- No, es una confluencia. La homosexualidad tiene mucho que ver con factores de identificación, con modelos que uno asume y que funcionan más exitosamente. Yo no puedo decir que es hereditario o congénito, me atrevería mas a decir que es algo mas vincular y de formación de lo que es la historia en una sociedad y como pesan los modelos identificatorios en el sujeto. Tú me preguntabas que pasaba con la sociedad a la hora de asumir o no, es decir, es muy difícil. Generalmente el niño, como niño no empieza a cuestionarse si es homosexual, bisexual o heterosexual. Generalmente las fantasías homosexuales circulan en todos, sean o no homosexuales. En realidad hay autores en psicología, como Lacan, que cuando hablan de homosexualidad hablan de tres categorías. Una cosa es tener fantasías homosexuales, que son universales, y que no significan ser homosexual. Después tiene la otra vertiente que sería tener una experiencia homosexual, tener una experiencia homosexual tampoco habla de que te definas como homosexual. Y la tercera vertiente que sí estaría hablando de la homosexualidad, es cuando el sujeto tiene una estructura de base donde se identifica funcionando en un modelo de pareja plenamente con otro igual a sí mismo. Más allá de las fantasías y de una experiencia, porque ni una fantasía, ni una experiencia hacen a la elección en sí mismo. La elección termina siendo basada en el despliegue de las potencialidades que el sujeto tiene y del disfrute que tiene con otro igual a uno. El tema es que, muchas veces, socialmente se rechaza el tema de la homosexualidad, se ve como algo perverso, patológico, nefasto, porque las personas, muchas veces, luchan contra su propia homosexualidad. Entonces, las resistencias a ser homosexual, en una sociedad machista son tan grandes, que depositan en el homosexual todos sus miedos. A esto se le llama homofobia. La base de la homofobia es, precisamente, “el miedo que tengo yo de ser homosexual”. Es más fácil verlo en el rechazo al otro que en uno mismo.

- O sea que, muchas veces, el miedo que se le pueda llegar a tener a una homosexualidad, ¿tiene que ver con su propia homosexualidad?

- Exacto, y tiene que ver además con el hecho de vivir en una cultura machista, donde se asocia el ser homosexual a ser rechazado y discriminado.

- ¿Cómo se manifiesta una homosexualidad? Es decir, ¿uno puede apreciar externamente a alguien que es homosexual?

- El que es homosexual lo sabe él, que es homosexual, y su compañero o su compañera. El tema es que a veces hay actitudes, conductas gestuales más masculinas en las chicas y más femeninas en los chicos, que no necesariamente tienen que hablar de una homosexualidad, no necesariamente. O al revés, hay posturas muy masculinas, muy machistas que camuflan una homosexualidad. O sea, que la postura y lo que nosotros vemos del otro, no nos autoriza de ninguna manera a etiquetar sí se es o no se es. Así como no podemos etiquetar una bisexualidad, y así como no podemos estar seguros de que aquel que tengo enfrente es heterosexual. Con el homosexual pasa lo mismo, pueden haber conductas que a veces son más femeninas en los hombres y más masculinas en las mujeres, pero como postura de vida, como defensa o por comodidad personal, pero que no implican necesariamente una homosexualidad. Yo de afuera no puedo decir “esta persona es” o “no es homosexual”. Nadie debiera etiquetar. Solamente lo sabe la misma persona, porque hace su elección.

- Y el tema de etiquetar, que últimamente parece casi una obsesión, ¿es problemático también, no?

- Es lo mismo que hablábamos recién de los miedos. Cuando yo etiqueto, estoy afuera del cajón, es fácil así. Pasa lo mismo con todas las situaciones donde uno puede decir el sí y yo no, tú pasas por un psiquiátrico y decís “mirá los locos que están ahí adentro”, es lo mismo, y no están todos los locos allí dentro. O sea, el hecho de etiquetar habla de que “me quedo más tranquilo porque yo no estoy”, y por eso se etiqueta mucho. Es una conducta defensiva etiquetar, es una conducta mucho más amplia y de elaboración personal decir “no etiqueto, porque no sé, porque no tengo derecho a etiquetar”, que el mero hecho de etiquetar. Cuando uno empieza a etiquetar, habla de cierta pobreza personal. El hecho de discriminar, de etiquetar, habla de “ustedes sí, y yo no”. O sea, “ni ustedes tan sí, ni yo tan no”, esa es la idea. Tiene que ver además muchísimo con cuanto afecta al sujeto etiquetado, según la autoestima del sujeto etiquetado. Hay personas que tienen una muy buena y muy alta autoestima, donde realmente asumen plenamente su ser, y se quieren mucho asimismo, y de hecho lo que el otro pueda decir o no decir, no les afecta, o incluso la imagen que el otro les devuelve. Hay personas que no están tan valoradas por sí mismas, donde su autoestima es más empobrecida, y donde realmente el que lo etiqueten, lo mata, de verdad lo mata, realmente lo desautoriza. Y luego, tenemos que esas conductas se transforman en, o muy exhibicionistas o se aíslan. O sea, cualquiera de los dos extremos marca que no está bien. Sí vos vivís bien tu elección, listo, no hay ningún drama. Si lo estas viviendo y te afecta demasiado, exhibís para transgredir o te aislas. Esas son las dos conductas polarizadas de no asumir saludablemente el “como soy”.

- Y ninguna está bien, o sea, ningún extremo es saludable… y eso a su vez puede acarrear, por ejemplo, ¿depresiones…?

- Sí, las dos acarrean. Por ejemplo, el que se aísla acarrea muchísimo malestar, no se vincula, la red social no existe, no puede participar porque se siente discriminado. Y el muy exhibicionista trae apaisadas todas las devoluciones que los demás le hacen, y hay que…

- Bancársela…

- Bancársela… O sea, que en definitiva: “me expongo y me cascotean” y eso también termina afectando, porque hasta el más fuerte se quiebra, y esa es otra realidad también.
Es un tema cultural, y tabú… ¿se puede hablar de tabú acá?

- Sí, yo creo que hay tabú. ¿En el hecho de tener una orientación sexual diferente a elección?...

- Sí, y a disfrutarla…

- Sí, pero todavía está todo muy escondido. ¿Por qué una pareja heterosexual puede salir y exhibirse y sentirse orgullosa y una homosexual no? Fijate que hace muy poquito que fue la Marcha del Orgullo Gay… y realmente todavía es muy mal mirado en la sociedad. ¿Por qué? Porque vivir la homosexualidad todavía sigue siendo un problema cultural…




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